A JESUS EN LA CRUZ.
Si colgado me miras desde arriba,
¿Cómo me mirarás desde Tu Trono?
¡Que distancia entre los dos! Nada en mi abono
para poder entrever que la conciba.
Si al verte extendido en la Cruz me priva
la altura a la que te veo, ¿Con que tono
puedo implorarte, mi Señor, si el cono
de tu altísima mirada me derriba?
¡Y que altura, Señor, la de tu altura!
Colgado y desprendido, que locura
la distancia, Señor, de tu distancia.
¡Si no fueses la Voz de la blandura!
¡Si no fueses el Rey de la dulzura!
¡Si no fueses el Dios de la constancia!

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