EL PINO JOROBADITO.
En la espesura del parque
suben, esbeltos, los pinos;
suben hasta recortarse
sobre el azul infinito.
Suben todos, menos uno
que se salio del camino.
¡Hay en el parque, entre todos,
un pino jorobadito!
Todos miran hacia el cielo,
él solo mira hacia el limo.
Todos se sienten muy grandes
y él se siente pequeñito.
Y a mí me gusta su sombra:
su rala sombra es el sitio
donde me prestan compaña
su corvo tronco y mi libro.
Pero hay alguien que lo cuida
y lo tiene en su cariño,
siempre por bajo, regado,
siempre por arriba, limpio.
Y me alegra que lo cuiden
y ver cuidado a mi pino
que ya tiene dos amores:
uno que ignoro y el mío.
Un día me encontré al guarda
del parque regando el pino
con un cariño de padre
y solemnidad de rito.
¿Por qué le mima usted tanto?
y él de contado me dijo:
¡Ay señor! Es que yo tengo
un hijo jorobadito.
un poema precioso, lleno de sensibilidad y ternura
ResponderEliminarFernán Quirós era un gran Poeta, a el que la sensibilidad se le desbordaba No te extrañe, pues, la que emana de ese Pino Jorobadito. Gracias por seguirnos.
ResponderEliminar