TUS OJOS.
Tienen tus ojos la grandiosa calma
de las serenas noches estivales;
¡Noches propicias al gozar del alma,
nacidas de tus ojos vesperales!
Tienen el fuego abrasador que enciende
la loca floración de las quimeras
y fecunda las rosas donde prende
en gayas e infinitas primaveras.
Tienen un algo misterioso y raro
que matiza las gamas del deseo
y presta vida a tu mirar tan claro.
Tienen la magia de su luz, y creo
que nunca fue mi labio más avaro
que cuando tú me miras y los veo.
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