AMORES.
Como reina preciosa y diligente
de las flores que adornan tu ventana
te he visto contemplar esta mañana
la salida del sol por el Oriente.
Puso el disco del sol sobre tu frente
un tibio beso de encendida grana,
y tus ojos en forma muy galana
saludaron al sol atentamente.
Prodigioso saludo incomprendido
por los hombres sin fé, que no han vivido
el encuentro del sol con tu mirada.
Yo he sorprendido el desposorio extraño:
a tí te adora el sol, y no es engaño
decir que andas del sol enamorada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario