MADRE.
Me seduce la plata de tus cabellos
que tus hijos orlaron sobre tu frente,
como blanca cosecha de la simiente
que tú y yo fecundamos, solo para ellos.
Me seduce esa plata que presta alteza
a la rara belleza de tu semblante,
que aureola tus sienes de albo diamante
y es la blanca corona de tu pureza.
Me seduce y me encanta, por que es la suma
de todos tus dolores y tus desvelos;
¡También las nubes blancas cubren los cielos
y a los mares corona su blanca espuma!
Yo se que hay en el mundo muchas mujeres
que borran esa plata bendita y santa;
tú déjala, mujer mía, que a mi me encanta
que parezcas tan “madre” como tu lo eres.
Madre... ¡palabra inmensa!
ResponderEliminarBellísimo poema.
En este caso, Magda, yo me limito a recoger el elogió que deicas al Poema de mi padre y el homenaje, inmenso homenaje que rindes a las Madres, entre las que, logicamente, incluyo a la mía. Me gusta verte por "aqui".Un beso
Eliminaresta vez el homenaje sería para las madres, un bello poema sin duda dirigido a la belleza y no precisamente la física, a la belleza en todo el sentido de la palabra.
ResponderEliminarEs, en efecto, un homenaje a las Madres, pero que en en este caso el Poeta, Fernán Quirós, dedicó a la "plateada" y natural "cabeza" de su mujer...¡era tan bonito su pelo!. Gracias por estar.
EliminarHermosisimo y grandioso.
ResponderEliminarSiempre pense que si Fernán Quirós, como Poeta, hubiera escrito la mitad, solo la mitad, de tomos que protocolizó como Notario, hoy estaríamos hablando de alguien reconocido mundialmente. Gracias por venir a este Blog.
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