¿IMPOSIBLE?
Si puede ser que el alba en tu ventana
deje prendido en un geranio un beso,
y puede ser que el sol, siempre travieso,
lo marchite al caer de la mañana.
Puede ser que la noche, más galana,
quiera vengar del sol el rudo exceso
y otro beso, sin par, grande y espeso
prenda en tus labios su crujiente grana.
Puede ser todo: hasta que en Julio hiele
y el beso de la noche se deshiele
bajo la calma de otra noche loca.
Más nadie evitará, aunque lo crea,
que el beso que te di, ya no lo sea,
porque no dejó huellas en tu boca.
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