CANSANCIO.
Es triste vagar errante
tras de la sombra anhelada,
cuando la sombra se aleja
y el corazón se nos cansa.
He caminado errabundo
tras ella, sin decir nada,
con la fe del peregrino
y la pasión del que ama
y la constancia del triste
cuando a una pena se agarra.
He caminado tras ella
por doquier ella marchaba,
con la plegaria en los labios
y la pasión en el alma;
¡caminé siempre tras ella
y nunca pude alcanzarla!
Ya soy viejo; ya no puedo
seguir por donde ella marcha
que ya en los pies hay heridas
y el corazón ya se cansa.
Y ella se aleja entre tanto
sin volver atrás la cara.
¡Es triste vagar errante
tras la sombra anhelada,
cuando la sombra se aleja
y el corazón se nos cansa!
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